Hoy nos vestimos de largo para hablar de Japón en pleno centro de Madrid

Madrid está repleto de restaurantes japoneses, pero uno destaca por encima de todos: Miyama. Dicen que Miyama Castellana es el mejor restaurante de la capital, en nuestro caso decidimos probar el primer Miyama que se abrió en Madrid en la calle de la Flor Baja entre los metros de Santo Domingo y Plaza de España.

Situado en el ya mítico local del chef Tokio Taro, lleva desde 2004 ofreciendo a los madrileños auténticos platazos llenos de sabor y estilo. Nada en la puerta hace pensar que estás a punto de vivir una Gastroexperiencia sin comparación.

Miyama significa literalmente “montaña bonita” cuyo origen se encuentra en la una montaña cercana a Kyoto.

El local es sobrio y acogedor, como si de una montaña se tratase y rodeado de madera se respira paz y elegancia. El servicio se realiza en mesas. El ambiente invita a centrarte en la comida que, como una sucesión de paisajes aparecen en la mesa de la mano de un genial equipo. Destaca su jefe de sala que nos aconseja toda la noche y explica de forma pasional cada uno de los platos.

Miyama_Local

Comenzamos el sendero que sube hasta nuestra montaña particular con la clásica ensalada de wakame esta famosa alga nos ofrece una textura suave y tierna como aperitivo.

Con el primer plato comienza el espectáculo: tartar de salmón y aguacate con salsa de eneldo y wasabi. El aguacate deja todo el protagonismo a un fabuloso salmón que combina perfectamente con la salsa. Nada que reprochar.

A continuación, el más esperado de la noche, Tataki de Toro estilo Miyama: simplemente espectacular. El atún toro es una de las partes más codiciados y la sensación al comerlo es como si se degustara un entrecot y es un tesoro en Japón. España exporta un 60% del atún que se consume en Japón. Los siguientes platos presentados son nigiri de lomo de buey, nigiri de vieira y maki de atún, sin dudarlo me quedo con el segundo por sabor y textura en boca.

Finalizamos la parte central de nuestro recorrido con dos pequeñas joyas de la carta de Miyama: Urumaki “Ebi fry” (rollo de alga nori con arroz invertido relleno de langostino) con salsa de anchoas sobre fondo de wasabi con eneldo y Kani Maki de cangrejo con salsa de curry y salsa bbq japonesa.

Si la comida es excepcional mención aparte merece la carta de vinos, una extensa carta con la mejor representación de distintas uvas y territorios, nosotros elegimos un blanco José Pariente que nunca defrauda.

Para terminar la visita dejamos un espacio para un Harumaki de chocolate con helado de vainilla: dos rollitos crujientes de arroz rellenos de chocolate puro al 80%. Nunca he disfrutado tanto comiendo con las manos como nos recomendó el genial jefe de sala.

Nuestra pasión por la comida japonesa nos precede y colocamos el listón muy alto, como no podía ser de otra forma las expectativas se vieron sobradamente satisfechas.

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COCINA

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BODEGA

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SERVICIO

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LOCAL