Pituca Madrid, disfruta del Perú en pleno barrio de Argüelles

Hace unos días asistimos a la reinauguración de Pituca Madrid, donde pudimos probar varios de sus platos en formato “picoteo”. Ahora decidimos ir a cenar sentados y degustar otras opciones de la carta.

Su especialidad es la parrilla y la cocina peruana. Una auténtica delicia. La clave es un producto de primera, unas recetas tradicionales y una presentación muy atractiva que hace que empieces comiendo con los ojos antes de degustar el plato.

Situado en el barrio de Argüelles, en la calle de Quintana número 30, casi esquina al Paseo del Pintor Rosales, encuentras Pituca Madrid, una pequeña terraza y un local muy amplio y bien decorado.

Nada más entrar, a la izquierda, tienes una barra donde preparan tanto copas premium como unos deliciosos pisco sour clásicos o de maracuyá. De frente, tenemos un salón en dos alturas con mucho espacio entre las mesas y una bonita decoración. Los espejos además dan más amplitud al local.

El personal es peruano y se nota a la hora de ofrecerte y explicarte cada plato de manera excelente. Son muy amables y están pendientes en todo momento de que no te falte nada en la mesa.

Pasando a la comida, quisimos probar tanto platos peruanos como esa magnífica parrilla de carbón.

Empezamos con un Ceviche tres ajíes. Son unos cortes finos de corvina fresca con pulpo, champiñones, choclos, chipirones, quicos y rocoto (que le da un punto picante riquísimo). Un plato que acabarás tomándote la leche de tigre a cucharadas.

Seguimos picando con unas Causas limeñas y otras de pulpo al olivo. Están hechas a base de patata prensada al ají amarillo y salsa criolla de atún con mahonesa. Nos encantaron.

El siguiente plato lo pedimos para compartir, pero puede ser perfectamente un plato principal: Tagliatelle a la Huancaína con pulpo a la parrilla. De nuevo con ese rico ají amarillo y el pulpo con chimichurri. Viene adornado con unas flores, que como bien indica la camarera al traer el plato, éstas no son comestibles…

Pasamos a la carne, con un Lomo Saltado «que no se lo salta un torero». Unos cortes de solomillo hechos al wok con soja, cebolla morada y tomatitos cherry que se deshacen en la boca. Este plato viene acompañado además, de patatas y un bol de arroz blanco con choclo. Un plato tradicional peruano, bien ejecutado.

Y llegamos a la pieza reina de las carnes!!! Un T-Bone IMPRESIONANTE. Hecho en la parrilla de carbón, sarmiento y encina y servido en una fuente de metal que sirve para mantener la carne caliente. Viene con pimientos del piquillo asados y una patata asada.

No podíamos irnos sin probar, aunque fuera volver al pescado, un Ceviche de ají amarillo, de pez corvina, lima, apio y especias… Al estilo Pituca.

Durante la cena pedimos según los platos, tanto cervezas como vinos y pisco sour. A mí el que más me ha gustado es el de maracuyá, que me parece que está increíble. Eso sí, cuidado que entran solos…

Y para terminar mejor la noche si cabe, decidimos irnos a su terraza lounge en el Paseo del Pintor Rosales 24 (Pituca lounge) para seguir tomando unos pisco sour después de cenar y disfrutar de una noche de verano estupenda.

Y por cierto!!! Por si os estáis preguntando de donde viene el nombre de este restaurante… Pituca es el adjetivo con el que en Perú se define a la mujer elegante, con clase y estilo que termina marcando tendencia. Estamos seguros que este restaurante en Madrid, marcará tendencia!!!

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COCINA

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BODEGA

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SERVICIO

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LOCAL