En pleno barrio de Las Letras de Madrid, en una zona que encanta a los gastrocolegas por la diversidad de buenos gastrobares que hay (Triciclo, Vinoteca Moratín, Tándem, Casa Alberto, Gofío, etc) nos encontramos con Bistronomika, el proyecto del chef Carlos Del Portillo.
Bistronomika ha sido uno de mis grandes “descubrimientos” de los últimos meses. Aunque ya había oído hablar de él, en una de nuestras visitas a nuestro querido Dabbawala, el chef Luca Rodi nos animó fervientemente a visitarlo. “Una de las mejores cocinas que puedes probar ahora mismo en Madrid”. Y la verdad es que no se equivocaba.
Bistronomika es un gastrobar pequeñito, decorado en el interior con mucho gusto, recubierto de madera de roble y toques de metal, y es de esos bistró en los que nada más verlo te paras, curioso, a mirar por la ventana y a cotillear su carta. Tiene dos zonas diferenciadas, la entrada con la barra-cocina con mesitas altas y bajas (la que está pegada al ventanal es una delicia para una cena romántica para dos) y un pequeño comedor muy acogedor al fondo del local con unas pocas mesas.
Uno de sus puntos fuertes, además de la comida, es el ambiente del local. Cómodo y tranquilo, la música de fondo y la excelente atención desenfadada de Silvia en nuestro caso, ponen el contrapunto animado y ritmoso a la experiencia.
Su carta no es muy extensa pero es disfrutona como ella sola. Muy estacionaria y dependiente de producto del día de mercado, está orientada a que los comensales puedan compartir, con posibilidad incluso de medias raciones.
Prepondera el producto marino (su claim es “Cocinamos el mar”) pero creo que sería un error encasillarla sólo en eso. Bistronomika te ofrece lo mejor del mar y de la tierra, sacando el mejor partido al producto y la materia prima, que aquí es de una calidad excelente.
Para los mediodías de martes a viernes ofrecen también una especie de menú del día compuesto por varios platos.
La experiencia tiene su punto álgido en la comida. Carlos es un chef de la leche. Domina el producto y lo potencia con toques de fusión. Sus platos no te dejan indiferente.
En nuestra primera visita, la posibilidad de pedir medias raciones nos permitió probar varios platos. Empezamos por el “Tigre ostra Gillardeu” con un relleno muy sabroso, siguiendo por su increíble “Ensaladilla muy del mar”, al nivel de las mejores. Antes del principal nos decantamos por el “Atún de Almadraba con huevo” y por los “Guisantes, berberechos y caviar imperial”, un plato de los dioses, con un fondito de toma pan y moja.
Para casi terminar, uno de los platos estrella, la “Costilla rubia gallega al curry Jaipur”. Por platos como éste los productos de tierra también tienen su lugar cum laude en Bistronomika. La costilla se deshacía y la salsa estaba deliciosa.
Como postre elegimos “Choconomika”, un verdadero acierto por la mezcla de diferentes sabores y texturas del chocolate.
Nos quedamos con ganas de probar alguna cosa más, especialmente alguno de sus alabados platos de cuchara pero salimos tan llenos (¡pero tan tan satisfechos!) que volveremos muy pronto.
En definitiva, con Bistronomika no vas a fallar, Carlos y su equipo te harán salir con una sonrisa de su casa, por su amabilidad, creatividad en la cocina y por los productos que llevan a los altares.
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COCINA
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BODEGA
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SERVICIO
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Muy buen artículo Borja y muy útil la info del local y el enfoque, para poder redondear la gastroexperiencia, gracias! Ni que decir tiene que todo se ve riquísimo, y si encima lo ha recomendado el chef de Dabbawala, es directamente un ‘no brainer’ como dirían los ingleses 😀
madre que ejmeplar!!!
Tiene muy buena pinta!