Hablar de Dabbawala es hablar de uno de mis restaurantes preferidos.
No es un sitio con un local impresionante, no tiene una bodega extensa como para perderte eligiendo y más allá de la aparición televisiva del chef Luca Rodi en el programa Top Chef, tengo la sensación de que no es un restaurante mediáticamente con mucho foco.

Dabbawala quizá no sea un 10 en nada de esos aspectos, pero sí es un 10 para mí en cocina, en el mimo por el producto de mercado, de aquí y de allá, por el cocinado y sobre todo por el sabor en mayúsculas.

Situado en el distrito de Chamberí, muy cerquita de otros restaurantes que tanto nos gustan como Fismuler, el chef Luca Rodi y el sumiller y empresario Pablo Tamargo siempre nos han hecho sentir como en casa con cada visita que hemos realizado en 2016, que han sido varias, y con la que ya hemos realizado este estrenado año.

Como decía, el local de Dabbawala, sin ser impresionante, es un local sencillo y cálido, con toques vintage. La mesita para 2 situada al fondo a la derecha, frente al ventanal, es «nuestro sitio». Tiene además un salón en la parte baja, el llamado Underground (en el que sinceramente no he estado), en el que antes servían una carta basada en tapas y raciones. Ahora se utiliza para eventos.

En Dabbawala merece la pena probar los menús de degustación. Actualmente tienen dos. Un menú de mercado, más corto, en el que no existen platos fijos, sino como bien dice su nombre, depende del producto de cada día. Un menú perfecto para los que quieran dejarse sorprender por el chef, a un precio además muy atractivo. Y otro menú degustación más completo, de unos 9 ó 10 platos, que recomiendo más para comer que para cenar, dada su cantidad. Bien es cierto que en nuestra última visita, no nos ofrecieron la posibilidad de este menú más completo, sólo el de mercado y la carta.

Al contrario que en muchos restaurantes, donde normalmente los entrantes son más creativos y más sorprendentes, Luca tiene una línea bastante regular en sus creaciones, de notable mínimo.
En alguna de nuestras visitas hemos comenzado con el Jurel en salmuera, encurtidos, pomelo y eneldo, un entrante espectacular. Otro clásico es el plato de Carabinero, manitas de cerdo y tocino de bellota, uno de mis favoritos, que normalmente en el menú degustación completo suele ir en segundo lugar.

A nivel de principales, entre diversas opciones que hemos probado, Luca te puede deleitar con su gusto y talento para cocinar guisos, como el último guiso de pochas con sardina que probamos, sencillamente sublime. Su versatilidad se demuestra también en su manejo con las aves y la casquería . Platos como su Lengua de vaca + lengua de vaca es una verdadera delicia. Se trata de una lengua de vaca con guarnición de la seta lengua de vaca (también llamada gamuza) que le da un gusto excepcional al plato, sabor por los cuatro costados. 

Como decía, lejos de bajar el nivel, un broche perfecto para terminar es su Bizcocho de zanahoria, chocolate blanco y ras al Hanout que es sin duda uno de los mejores postres que he probado nunca. ¡Imprescindible probarlo!

De la bodega ya decía en la introducción del gastroartículo que no es excesivamente extensa, pocos títulos pero eso sí, excelentemente elegidos para los platos que componen el menú en el caso de elegir maridaje. Además tienen una carta de cervezas artesanas muy interesante. 

La atención de Pablo y el equipo de sala, excepcional, explicaciones claras de cada plato y recomendaciones acertadas. Y si Luca está ese día en cocina, como normalmente suele ser, te atenderá en algún momento de tu viaje por Dabbawala con su amabilidad y simpatía. Porque Dabbawala es justamente eso, un viaje lleno de buenas sensaciones.

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COCINA

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BODEGA

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SERVICIO

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LOCAL