El más molón de Chueca

El más molón de Chueca

Hoy nos adentramos en el popular barrio de Chueca que compite con su vecino Malasaña por tener los Gastrobares más Gastrocolegas del centro de Madrid.

Le CoCó se encuentra situado en el centro del corazón de Chueca en el número 15 de la calle Barbieri. Esta calle debe su nombre a un compositor madrileño de zarzuelas que vivió en la segunda mitad del siglo XIX. Lo que pocos conocen es que hasta el 16 de Noviembre de 1.894 está calle se llamaba Soldado debido a su proximidad con un cuartel de infantería de guardias españolas. Igualmente se relaciona con una macabra historia de un soldado loco de amor que cometió un asesinato.

Volviendo al tema que nos ocupa, este restaurante es el hermano mayor de los tres que tiene Esteban Arnáiz junto con El Columpio y el reciente Fellina.

Lo primero que llama la atención es su refinada entrada con un aire francés y un color azul marinado que invita a entrar. Madera, plantas naturales, carritos, sillas metálicas de colores claros…una mezcla de estilos que van desde lo industrial a lo vintage hacen de este restaurante un especio singular.

Otro de los aspectos a destacar de Le CoCó es que es un “todo terreno”. Abierto desde las 9:00h hasta las 24:00h (en fin de semana amplía dos horas) es un rincón multifunción donde desayunar, tomar el aperitivo, comer, tomar café, una copa o cenar.

Nosotros habíamos quedado un grupo de excompañeros de trabajo y ahora Gastrocolegas que necesitábamos un rincón tranquilo donde poder rememorar antiguos proyectos. Nuestra necesidad se vio colmada con la planta baja de Le Coco donde, a diferencia del bullicioso salón principal sus paredes blancas y ambiente equilibrado permitieron disfrutar del vino sin molestias.

Comenzamos nuestra cena con el conocido barrilete de mantequilla para untar mientras decidíamos que plantos compartir.

Finalmente nos decantamos por compartir varios platos al centro. Como platos de entrante unos ligeros bastones de berenjena con miel de flores y unas gyozas de pollo al curry con salsa de soja.

Continuamos la visita con un Steak Tartar picante acompañado de crujientes patatas (nada habitual para este plato) y una formidable lasaña de rabo de toro.

Por último tomamos unas estupendas mini hamburguesas.

Como postre compartimos Panacotta con frutos rojos, suave y ligera.

La carta de Le Coco tiene una equilibrada opción de vinos. Nosotros acompañamos la cena con dos botellas de vino blanco que contrastaban en sabor: un Pago de Cirsus navarro de uva Chardonnay y el atemporal La Val Albariño.

Mención aparte merece la carta de cocktails donde destacan los clásicos mojito, pisco sour, bloody mary.

Por todo esto Le Coco se merece una oportunidad para disfrutar en buena compañía.