Hoy os quiero presentar otro tesoro escondido de Malasaña: La lata de sardinas.
Este pequeño Gastrobar de la zona de Conde Duque se encuentra alejado del bullicio y postureo que se ha convertido Malasaña (y es que todo barrio tiene sus sombras). Situado al comienzo de la mítica y castiza calle del Limón (Limón 12) nos encontramos un pequeño espacio tan auténtico y especial como la calle donde reside. Y es que merece la pena parar un momento para hablar de una de las pocas calles de Malasaña que no debe su nombre a una persona probablemente por estar llena de limoneros en un pasado no tan lejano.
Calle Limón
Cada calle de uno de nuestros barrios favoritos de Madrid guarda secretos y pequeñas historias que recordar. Si Malasaña es un símbolo de resistencia y progresismo esta calle no lo es menos. En esta calle se pudo encontrar en los primeros años del siglo XX a Eugenio Noel (célebre escritor republicano), contertulio en el café Levante junto con Valle Inclán. Otro de los ilustres que frecuentaron esta calle fue Pablo Iglesias (no Manuel 🙂 ), es que fuera fundador del PSOE trabajó unos años en una imprenta situada en esta calle.
Si la calle Limón es auténtica no lo es menos La lata de sardinas con un marcado estilo vintage que sirve también como espacio de exposiciones de fotografía.
Pero hablemos de comida. Nacho Aguilar y Juan Carlos Partida son las primeras espadas de este proyecto donde encontrar una novedosa oferta gastronómica.
Es fácil probar muchos platos en este sitio porque nos ofrecen muchos platos como medias raciones para los más dudosos.
Cada vez que hemos visitado “La lata” como lo llamamos cariñosamente en Gastrocolegas nos han sorprendido con un espectacular aperitivo. Mi favorito la original crema de mejillones.
Plato estrella
El plato estrella de obligado cumplimiento siempre que pasamos por este restaurante son las Alcachofas tempurizadas con parmentier de boletus y ali oli de miel. Advierto, es adictivo!
Otra agradable sorpresa fuera de carta son las vieiras a la plancha con crema de tupinambo, tubérculo originario de Sudamérica con pimienta, espárrago y aceite de trufa…ummm no hace falta más detalle…
Otro plato que merece la pena compartir son los chipirones a la plancha con cebolla pochada y ali oli de lima o el pulpo a la parrilla con patata ahumada y curry morado.
Pero entre tanto plato gourmet nos encontramos dos curiosas propuestas que combinan perfectamente para el centro de la mesa: unas mini hamburguesitas de carne ecológica con queso scamorza, cebolla y salsa barbacoa y el pollo crujiente de corral con salsa agripicante.
Entre los postres una espectacular tarta de queso Idiazábal o un brownie con helado de pistacho completarán esta Gastroexperiencia.
La lata de sardinas posee también una corta pero interesantísima y equilibrada carta de vinos donde destacan Caballero de Olmedo, un Rueda Verdejo y Viura. Palomo cojo, también rueda verdejo y dos tintos; un Mencía del Bierzo: Pyjama y Ontañón, un vino tinto ecológico de la Rioja.
En nuestro caso terminamos con una sobremesa que acompañamos con un tradicional vermouth Olave hablando tratando de salvar el mundo y concluyendo que el futuro no es lo era. Larga vida a “La lata”!!!!!
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COCINA
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BODEGA
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SERVICIO
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Buen artículo bro! Las alcachofas tempurizadas y las vieras tienen una pinta espectacular, pero efectivamente teniendo medias raciones se podrá probar un poco de todo, me lo apunto! Ah, y gracias por las recomendaciones de los vinos, se agradecen y mucho!